La mayoría de las palabras en el vocabulario de un niño provienen de sus encuentros diarios con el lenguaje. Los niños aprenden el lenguaje de los libros, de los medios de comunicación y de las conversaciones con las personas que participan en sus vidas.
Con los bebés
- Hábleles acerca de lo que usted está haciendo para que ellos empiecen a conectar las palabras con los conceptos.
- En cuanto su bebé empiece a hablar, muéstrele objetos o fotos y pregúntele "¿Qué es esto?" Elaborar o extender sus respuestas es una manera de hacerles escuchar más palabras. "¡Sí, eso es una banana! Es amarilla y suave."
Con los niños pequeños
- Hábleles acerca de las cosas que usted ve en su barrio, en sus paseos por la ciudad, o en la televisión. Estas conversaciones ayudan a que el niño vaya adquiriendo un mejor conocimiento de su mundo.
- Cuando les lea, deténgase para hacerles preguntas o hacer comentarios sobre la historia. Haga preguntas como "¿Por qué crees que él hizo eso?" o "¿Qué te parece que va a pasar ahora?"
- Use palabras interesantes y nuevas con sus hijos. Por ejemplo, "¡Estas galletitas son muy apetecibles! ¡Son exquisitas!" o "Veo que rehúsas irte, pero podemos volver mañana."
- Cuénteles a sus hijos historias de su propia vida o acerca del día en que usted nació. Esto les ayuda a desarrollar su identidad personal y cultural.
No importa que lenguaje se use — ¡un ambiente rico en lenguaje ayuda a crear mejores lectores!
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