Muncha! Muncha! Muncha!
El señor McGreely finalmente cumple el sueño de su vida: plantar su propia huerta. Pero por más que trata, no puede engañar a tres conejos muy inteligentes y muy hambrientos. Los lectores se reirán al leer sobre los esfuerzos del Sr. McGreely para alejar a los conejos de sus vegetales mientras tanto él y los conejos se dan cuenta de que siempre hay algo que agradecer.